FRONTERA DE ESPERANZAS
En los días previos al congreso de extranjeria estoy aprovechando para unos necesarios días para uno mismo. Una de las cosas positivas de estos encuentros de abogados es encontrar a gente fantástica. Uno de los amigos que me precio de haber hecho en estos encuentros Carlos Rolin, abogado en Algeciras nos invito a otra compañera y a mi a pasar el domingo en su preciosa casa con vistas al estrecho.
Nos dio tiempo a hablar de muchas cosas, sobre todo a reírnos mucho pues Carlos es una persona tremendamente divertida que sintoniza mucho con mi humor somarda aragonés. Hablamos también de mis procesos personales en estos momentos de cambio personal, de nuestro proyecto de abogados extranjeristas para el que confió en mi, de trabajo, analizamos las diferencias de ejercicio de la extranjeria entre su zona y nuestra zona. Y sobre todo su reconfortante y sincero cariño hacia mi persona. Tomarme estos días previos para mi han merecido la pena sólo por ese día. También por muchas más cosas que estoy viviendo claro.
Su casa está en el mismo estrecho y por la noche pudimos ver las luces de Ceuta y de su frontera así como el foco que ilumina el mar para vigilar la llegada de inmigrantes a nada. A pocos metros de su casa se suele situar la guardia civil para controlar el estrecho.
Estar allí y tangibilizar la geografía me permitió entender mejor cosas que creía que ya entendía suficientemente. Es fácil imaginar que igual que nosotros veíamos las luces en África, allí habría ojos que mirarían las luces en España aunque de otra manera. Con esperanza de un futuro mejor. De un imaginado paraíso.
El otro continente parece estar a mano, a un simple paso. Como resistirse a dar el salto cuando lo imaginado esta tan cerca? Que normativa puede impedir u obstaculizar esa esperanza?
Hablamos también de la irracionalidad de los CIEs, de tantos internamientos sin sentido pues no conducen a expulsión alguna si no a una puesta en libertad de unas personas que engrosaran un limbo de irregulares a la espera de los ansiados permisos.
Y uno tangibiliza totalmente lo que supone la extranjeria, te hace meditar sobre nuestro papel como abogados en ella, y te convences totalmente si no lo estas ya de lo absurdo de una regulación en este campo. O al menos de lo absurdo de nuestro enfoque regulatorio.
Todo abogado de extranjeria debería al menos una vez acercarse al estrecho y observar esa distancia tan distinta para nosotros y para ellos. Y a la vez la misma
Muchas gracias, Alfredo, por estas palabras que me han llegado al alma. Sabes que en la mía tienes tu casa. Y todos los extranjeristas ya sabéis, tenéis que pasar por casa … .
ResponderEliminarno lo digas dos veces :)
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