AQUARIUS O LA EVIDENCIA DE UNA POLITICA MIGRATORIA EQUIVOCADA

El barco Aquarius de las ONGs SOS Mediterranée y Medicos Sin Fronteras ha recogido en aguas territoriales libias a 629 inmigrantes incluyendo unos 130 menores no acompañados. Italia que se encuentra en un momento de creciente rechazo a la inmigración ha negado acceso a sus puertos y el retorno a Libia no es pasaje seguro para los inmigrantes. Recordemos que Libia tras el derrocamiento de Gadaffi es un estado fallido donde se maltrata y esclaviza a los migrantes. Malta rechaza también que sean desembarcadas las personas en su territorio. En esta tesitura España ha manifestado su voluntad de acoger a sus integrantes aunque veremos si puede ser así pues el barco puede no estar en condiciones de realizar esta travesía.

¿Por qué Aquarius es un icono ahora cuando el Mediterraneo lleva años siendo un cementerio de naufragios de migrantes? Desde hace tiempo Ongs han intervenido asistiendo humanitariamente a personas en riesgo de naufragio por la precariedad de sus embarcaciones algo que las mafias han aprovechado para precarizar aún las mismas. Probablemente, si Aquarius es noticia es por el cierre de Italia al desembarco. La persecución a Ongs que tratan de ayudar a minimizar las muertes en el cruce del mediterráneo no es nueva, vease el caso de Helena Maleno

En las recientes Jornadas de Extranjería y Protección Internacional, la primera ponencia corrió a cargo de Elspeth Guild de la Queen Mary University of London con la cual sorprendió y que muchos compañeros asistentes no entendieron en un primer momento y que voy a tratar de resumir en poco más de un párrafo, anticipando que estoy bastante de acuerdo con lo expuesto. Precisamente a partir de la situación del Mediterráneo y del Sahara, como vías migrantes no seguras y que generan demasiados muertos en esos tránsitos, defendió la conveniencia de separar la política migratoria del control fronterizo.

Actualmente las políticas migratorias están mezcladas con el control fronterizo. La ponente, con una exposición sobre datos, indicó como en determinadas fronteras terrestres de mayor permeabilidad y menor control fronterizo no se producen avalanchas de inmigrantes; cómo la gran mayoría de las entradas de extranjeros se producen por zonas controladas perfectamente en frontera como son los aeropuertos; y cómo el control fronterizo no evita la existencia de esas vías no seguras como son las que cruzan el mediterráneo. En resumidas cuentas, defendía la creación de vías seguras de entrada para los migrantes sin importarnos el control fronterizo en el Sur y efectuar políticas migratorias teniendo en cuenta esos flujos.

Como digo en el título, el asunto Aquarius evidencia esta cuestión. Podrá criticarse la decisión de Sánchez y ya se está criticando, pero atender a esas personas que lleva el Aquarius, más en el caso de los menores, es una cuestión humanitaria, ética y de cumplimiento de la legalidad internacional y de los convenios internacionales. No solo eso. Es atender a los valores sobre los que (se supone) se construye Europa, no como Unión Europea, sino como concepto. Europa se sustenta sobre los derechos Humanos y ya ha entrado en demasiadas crisis al respecto (guerras mundiales y otros conflictos internos). No debe volver la vista atrás obviando su esencia.

Aplicar políticas migratorias asociadas a control fronterizo supondría no dejar desembarcar a esas personas. Resulta inconcebible, y es inconcebible porque este tipo de políticas migratorios choca frontalmente con lo que he indicado en el párrafo anterior.

El caso Aquarius nos debería servir para darnos cuenta de ello. No puede ser un caso aislado. Debe ser el momento en que la Unión Europea cambie su postura ante las vías no seguras y trabajar para la existencia de esas vías seguras. Y disociar como digo política migratoria de control fronterizo.